lunes, 31 de enero de 2011

NOCRÓNICA DEL SÉPTIMO PARTIDO DE LIGA CONTRA VALLE DEL JERTE RUGBY CLUB.

Somos menos de veinte miembros del equipo y con la excepción de no más de seis jugadores fijos, el resto venís a entrenar cuando o parece, eso sí, salteados, sincronizados para que nunca nos reunamos al completo (ni un día un mísero paquete de delanteros). ¿Aún os quedan excusas en la chistera? ¡Qué prodigio de imaginación! Y en esto no hay distinción de edades, a la hora de escurrir el bulto sois iguales todos. ¿Por qué no dejamos esto y nos disolvemos? En lugar de jugar ¿por qué no sólo nos reunimos en el Paddy para ver el seis naciones y tomar cervezas? Ahí sí que podemos ser grandes, grandes entrenadores de salón y a contar batallitas de mis años a lo Jonah Lomu.

Repito, somos menos de veinte en el equipo (no 40 ni 50 ¡contad!) y si no sumamos ni cooperamos todos al completo tendremos que conformarnos con quedarnos siempre igual rodeados de clubes que SÍ evolucionan. Seremos los últimos australopithecus de la liga ¿eso queréis? Sin un compromiso activo con el resto de compañeros es mejor quitarse del medio de una vez, de esa forma no creeremos que tenemos lo que no tenemos.

La derrota en Plasencia es responsabilidad nuestra al ciento por ciento… pero si la mayoría de los que jugaron el sábado no han completado más de un entrenamiento desde ANTES de Navidades ¡Cómo no iban a caerse los balones! ¡Cómo íbamos a romper sus líneas! ¡Cómo iban a salir las jugadas! ¡Cómo íbamos a estar sincronizados! ¡Cómo íbamos a demostrar lo que valemos! Éramos pura plastilina. Nunca hemos jugado peor.

Del encuentro mejor ni hablar: horroroso amago de fútbol australiano reconcentrado en una pista de fútbito. Embarullado, lleno de reyertas nacidas no sé cuando, de juego subterráneo, de recelos, de reclamaciones a voces, de estrépito exagerado. Ahí la responsabilidad sí que es compartida con el adversario. Sé que tras nuestra justa victoria 13-5 sobre ellos en Zafra, aunque el encuentro tampoco fuera bueno, se nos difamó con vileza en una emisora de radio placentina afirmando que les habíamos poco menos que robado, que habíamos usado “malas artes” y que habíamos mancillado este “bello deporte” ¿¿?? Yo no le di importancia achacando el ultraje a algún locutor futbolero despistado en esto del rugby (a palabras necias…) por ello escribí mi crónica casera (y sin pretensiones de más) valorando sólo lo positivo que el equipo del Jerte había hecho aquí y el estímulo que suponía para nosotros que nuevos clubes siguieran naciendo en Extremadura (hasta valoré como merecido su único ensayo cuando el balón se le había escurrido al chico antes de posarlo). Aún hoy, a pesar de haber sufrido este partido, prefiero pensar que aquella “descortesía” radiofónica no salió de ningún miembro del equipo de Plasencia para ir preparando el choque de vuelta y, mucho menos, que nuestra visita se hubiera recalentado más allá de lo que la sensatez circunscribe. Entiendo simplemente que ambos contendientes nos creímos que esta jornada era “vital”, que había que ganar como fuera y, a este nivel, ese exceso de celo nunca suele canalizarse hacia un buen juego sino que lo suele bloquear creando ansiedad, frustración y, en último extremo, caldo propicio para trifulcas, que es exactamente lo que pasó este sábado. Mucha juventud, muchas revoluciones, mucho roce/campo pequeño, pocos años de rugby y cierta laxitud o desánimo arbitral igual a cóctel explosivo. Es nuestra responsabilidad, la de los mayores, calmar los ánimos de los chavales, ser responsables y no perder la perspectiva de este pasatiempo; yo mismo admito haberme desesperado e indignado con lo que estaba viendo en el campo y siento no haber dado ejemplo; me quejé con vehemencia de sus acciones en lugar de apaciguar las riñas y por ello me disculpo públicamente.

Pese a todo, esto debe ser agua pasada ya y abogo por dejar atrás acritudes y malentendidos. Estamos aquí para sumar no para restar ¿el objetivo no es pasar un buen rato? ¿No es promocionar el rugby? Pues mostremos la mejor cara: Plasencia mejoró bastante y los felicito por eso y por la victoria. Si siguen mejorando y nos siguen ganando me alegraré por ellos, ello nos obligará a esforzarnos más o a quedarnos en la cola. Paz y amor para la próxima, jugaremos y nos divertiremos, esto no es una guerra, nadie muere ni debe sufrir.

Con respecto a la pista donde jugamos… Me consta que para su directiva es un problema y bastante tienen ellos con verse relegados allí como para que yo me queje encima. Lo siento, probablemente en un terreno normal, de haber jugado igual, el resultado hubiera sido idéntico. Que las dimensiones reducidas perjudican más al conjunto de menor peso… Sí. Que andábamos despistadísimos por la falta de líneas de referencia… Sííí, pero eso da igual a la postre, lo que sí me preocupa es que las bandas son peligrosas con aquellas barandillas tan pegadas. Por lo demás darles ánimo y desearles suerte para que pronto encuentren otro lugar donde jugar, comprendemos y nos solidarizamos con lo que están pasando.

Otro tema es la disparatada escalada de rivalidades en que estamos cayendo en la liga (ya empezó el año pasado) y no es espontánea sino propiciada por ciertos iluminados ¿Qué nos creemos? ¿El Super 14? Si nos devoramos los unos a los otros contribuiremos en exclusiva a debilitar el campeonato regional con la posible desaparición de algunos miembros (eso tiene el canibalismo). Sin ser un experto imagino que más clubes implican más competición, más estímulo, más jugadores, más personas en el entorno, más instituciones involucradas, más pujanza, mejor rugby… Los equipos grandes, que tampoco están libres de crisis, no deben olvidar esto y potenciar y valorar a los pequeños con cortesía y ecuanimidad, quizá incluso reforzarlos con cesiones (hasta el mísero fútbol lo hace).

Mención especial para Paco, que se esfuerza mucho en preparar los entrenamientos para que sean útiles y amenos (y no os aburráis).
Mención para Juan Carlos. Ánimo y gracias por volver.
Mención para Paquito “Lupín”, gracias por venir y suerte con tus exámenes (pide ayuda si la necesitas).
Mención para Fernando por su debut. Estamos muy contentos con él.
Mención para la media docena que entrenamos siempre, sin ese núcleo de fuerza y perseverancia los frívolos andarían a la deriva en otros lugares, en otros parques, en otras aficiones. No tenemos mecenas, no tenemos capital, no tenemos una ciudad poblada donde ganar adeptos… Sólo tenemos este núcleo, sin este núcleo no habría club. Ánimo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Curiosa nocrónica...

Creo que quejándose no se arrglan cosas, se arreglan trabajando duro, comprometiendose y sobre todo, con ganas, muchas ganas de jugar a este maravilloso deporte :)

Me hubiera gustado saber cómo fue el partido, leo vuestras crónicas a menudo, auqnue esta es la primera vez que comento, sin más un saludo de un rugbier extremeño!

Car Dragones dijo...

Como siempre estoy de acuerdo con tu crónica en el fondo... Tenemos que hacer autocrítica y reflexionar sobre si el esfuerzo que realizamos es o no el adecuado. Efectivamente hay un grupo que se esfuerza en todos y cada uno de los entrenamientos, y hay otro grupo que son como el Guadiana aparecen y desaparecen. Bien es verdad, que en los partidos tanto un grupo como otro dan todo lo que tienen y se esfuerzan, algunas veces pienso, que más allá incluso de sus posibilidades. Es un grupo que “saben” jugar al Rugby, que “saben” las normas, aunque, no sé porqué este año, en algún tercer tiempo he escuchado algo así como: “cuando sepáis jugar al rugby o cuando aprendáis habláis…”, palabras que salen de seniors con muy poca delicadeza, dirigidas a chavales con gran capacidad de aprendizaje y que muchas veces dan muchas lecciones de las que no se jactan ni alardean. Es verdad, también, que en este partido no estuvieron concentrados al 100%, no sé si debido a la cantidad de errores cometidos por quien conducía o des conducía el partido o por la agresividad latente tanto en las gradas como en el campo, quizás un cúmulo de concurrencias que hicieron que los chavales no estuvieran concentrados pero sí que lucharan dejando cada uno lo mejor de sí mismo en el campo.
Yo confío plenamente en las personas que enseñan a los Dragones, en Paco, en Manolo,en Txema, en Jose, en Roman en su dedicación, en su entrega, en la cantidad de valores que transmiten, en cómo les enseñan que el Rugby es mucho más que un deporte, que es un estilo de vida, pero confío sobre todo en “mis pequeños dragones”, confío en su honor en su fuerza, en su coraje, en su corazón y en que gracias al esfuerzo que van a realizar y que realizan callarán más de una boca de esas que les dicen que no saben jugar al Rugby.

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