jueves, 9 de diciembre de 2010

CRÓNICA DEL TERCER PARTIDO DE LIGA CONTRA VALLE DEL JERTE RUGBY CLUB.

Primera victoria.

El cacareo de las crónicas deportivas, a las que esta sección aspira, se retroalimenta en general de tres o cuatro clichés repetidos hasta la nausea. Esta es la ocasión perfecta para dejarse llevar por uno de esos tópicos y dar rienda suelta a la autocomplacencia, que así se mantenga el tan trillado: “se aprende más de las derrotas que de las victorias”. Como es previsible, sin embargo, y con la vocación de ser heterodoxo (los entes/entidades amenazadas de extinción se mueren en la ortodoxia) voy a intentar precisamente lo contrario: sacar más conclusiones y estímulos de esta victoria que de cualquier derrota… Aunque, quizá, en el fondo, esta fiebre de autocrítica tenga un origen menos rocambolesco y nazca, simplemente, de la certeza de que a pesar del tanteo final Plasencia nos venció en ciertos aspectos que deberían hacernos reflexionar.
Nos derrotaron en puntualidad, jugábamos en casa y fueron ellos quienes tuvieron que esperar. Nuestros rivales estaban una hora antes del comienzo todos uniformados en el campo, calentando como una piña. Muchos de los nuestros se presentaron quince minutos antes del inicio, algunos después.
Nos derrotaron en número de jugadores. Sí ya sé que Zafra tiene 17000 habitantes (sumando perros y gatos) y sólo Plasencia más de 40000, pero ha de servirnos de estímulo que un club nuevo reúna tanta gente con tantas ganas en tan poco tiempo, de alguna manera debemos contagiarnos, preguntarnos individualmente si estamos haciendo cuanto podemos para que el equipo crezca; hacer examen de conciencia. La responsabilidad de dar a conocernos y de captar compañeros no puede recaer sólo en la junta directiva, todo miembro del equipo ha de involucrarse y dejar de ser tan pasivos. Vosotros, que estáis iniciados, dad testimonio. Para sobrevivir hemos de ser más tenaces.
Nos derrotaron en fondo físico. La capacidad de la mayoría de nuestros delanteros y algún tres cuarto se vio eclipsado por la falta de entrenamiento y, por lo que es más reprochable, las andanzas nocturnas de la víspera. Me consta que os creéis Superman con vuestra edad, pero al día siguiente -creedme- se veía a la legua que os pesaba la criptonita. Eso debe cambiar.
Nos ganaron en entusiasmo. Creo que nos estamos adormeciendo, que nos hemos acostumbrado a lo que tenemos: un equipo, un campo, una equipación, la posibilidad de practicar nuestro deporte a nivel serio y empezamos a no valorarlo. No es fácil llegar donde estamos, sería un milagro o magia (no me canso de repetirlo) sino fuera porque ningún milagro ni ninguna magia puede costar tanto esfuerzo y porque esto supondría restar mérito a Alicia y Paco sobre todos los demás -y a Jose Mari con anterioridad- por lo logrado (únicamente Paco, como buen Leprechaun, goza de ímpetu sobrenatural con las cervezas).
No obstante, ganamos, afortunadamente, donde había que ganar, en el campo, con justicia y determinación aunque sin la contundencia de la que hubiéramos sido capaz de haber llegado a jugar a nuestro nivel y es que sois buenos, muy buenos… Porque a pesar de que sois un desastre: impuntuales, anárquicos, impulsivos (piratas del caribe I, II y III), estáis dotados de genio para este deporte, gozáis de un talento natural para el rugby y de una competitividad instintiva -casi salvaje- que os hace indomables para bien y para mal. Para bien porque es un privilegio jugar con vosotros: siendo pocos y pequeños habéis derribado gigantes, habéis sostenido el club, habéis mantenido el equipo en la liga senior sin jugadores senior; hace dos años fuimos subcampeones en un campeonato que ya incluía Mérida y Villanueva, la temporada pasada ganamos a Talavera y Villanueva y, sobre todo, empatamos con Cáceres ¡qué mérito! Ningún club tiene vuestro arrojo. Lástima que vengáis con el pack completo de “virtudes” del bucanero porque en este tipo de partidos, donde deberíamos tomar las riendas del juego, hace falta, además de talento natural, conocimiento para construir y elaborar ataques más complejos.
Condiciones perfectas de barro y temperatura para un encuentro donde la igualdad de los contendientes, en una liga marcada por la desigualdad, nos hizo caer presa a ambos de la ansiedad, de ahí que fuera un partido muy alborotado, una verdadera reyerta de gallinas peleonas. Independientemente de nuestros rivales, para próximos partidos, hemos de comprometernos a no hablar más que entre nosotros, solamente animarnos y corregirnos.
El equipo visitante empezó más dubitativo que nosotros de tal manera que las primeras jugadas del choque terminaron con dos golpes dentro de su zona de 22 que decidimos tirar a palos infructuosamente. Tras veinte minutos ellos se asentaron en el campo y se equilibró el partido, aún así no desaprovechamos un tercer golpe de castigo y Tomy nos puso por delante 3-0 en el marcador, resultado con que llegamos al descanso. La primera parte se diluyó en un intercambio de aproximaciones indecisas con ligero dominio local.
En el inicio de la segunda mitad salimos a ganar y muy pronto, tras otro golpe sancionado en las inmediaciones de su línea de marca, Cristian “Chimpo” se adueñó del oval para percutir, fue rechazado, se levantó y se escurrió como una anguila entre la muralla de contrarios para ensayar con un salto espectacular (bien por el “Chimpo” que es el mejor). Tomy trasformó el tanto ampliando nuestra ventaja parcial.
A partir del ensayo ellos se vinieron arriba, el fondo físico de su delantera hizo quebrarse a la nuestra ya muy agotada por el partido y el prepartido nocturno. Nos agobiaron sin descanso durante quince o veinte minutos a pesar de lo cual tuvimos el tino de anotar aún otro golpe de castigo para ponernos 13-0. Los dos equipos estuvimos cerca de ensayar un par de veces, sin embargo sólo ellos culminaron una acción en que probablemente la línea de tres cuartos local acusó la descoordinación de un cambio para dejarlos entrar por el lado cerrado de un ruck. A modo de anécdota decir que yo vi claramente como al chico del Jerte se le escurría el balón justo antes de posarlo en el suelo, a pesar de lo cual el ensayo fue dado por el árbitro y punto, Plasencia, por juego y entereza, nunca mereció irse de vacío así que ahora celebro que se lo concedieran.
El partido terminó tras un lance largísimo en nuestra línea de ensayo, los del valle no se resignaron en ningún momento a peder y lucharon con ahínco hasta el pitido del árbitro, nosotros, demasiado nerviosos al final, nos precipitamos en aquella defensa postrera recayendo en fueras de juego estúpidos (otro tema a mejorar).
¿Balance? No tuvimos la mente clara ni fuimos expeditivos, discreta superioridad sin mordiente ni verticalidad. Podría reiterar de mil formas el déficit de ideas, de decisiones correctas o estratégicas y es que durante muchos momentos aquello parecía la agonía de golpes de un par de boxeadores sonados rayando el décimo asalto… Qué difícil es desarrollar una personalidad de equipo, un estilo de juego. Entre hacer un buen partido en defensa y un buen partido en ataque hay un salto cualitativo para el que no bastan las agallas sino que la disciplina (y no me refiero a la disciplina inglesa aunque esté hablando de rugby) y el aprendizaje son clave. Sois vosotros, dragones, quienes debéis decidir si queréis dar el salto a ese otro nivel, el que va de un rugby peleón a uno verdadero como el que, por ejemplo, exhibió Salamanca contra nosotros en el torneo de feria. Nuestro reto, el de los mayores, es cómo entrenaros y cómo enseñaros con vuestro carácter, cómo encontrar la fórmula que encaje vuestra valiosa indomabilidad/anarquía con el temple/inteligencia en el juego. Si un día encontramos esa piedra filosofal seremos invencibles y esta motivación debería ser el principio para que empezaseis a escuchar.

Un compromiso, entrenar concentrados. Un propósito, ir a entrenar para aprender.

Mención especial para Pepe Bob Espumairiño (work in progress) y para su amigo Antoñito Patricio, muy sereno y motivado. Chimpo grande, grande, el mejor, lejos aún del cenit de su potencial. Pablo el Chavo muy bien, flanker superior. Tomy muy bien pateando, muy bien recepcionando, un valor seguro para el equipo. Paquito Lupín genial en cada Touch.

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