lunes, 31 de enero de 2011

NOCRÓNICA DEL SÉPTIMO PARTIDO DE LIGA CONTRA VALLE DEL JERTE RUGBY CLUB.

Somos menos de veinte miembros del equipo y con la excepción de no más de seis jugadores fijos, el resto venís a entrenar cuando o parece, eso sí, salteados, sincronizados para que nunca nos reunamos al completo (ni un día un mísero paquete de delanteros). ¿Aún os quedan excusas en la chistera? ¡Qué prodigio de imaginación! Y en esto no hay distinción de edades, a la hora de escurrir el bulto sois iguales todos. ¿Por qué no dejamos esto y nos disolvemos? En lugar de jugar ¿por qué no sólo nos reunimos en el Paddy para ver el seis naciones y tomar cervezas? Ahí sí que podemos ser grandes, grandes entrenadores de salón y a contar batallitas de mis años a lo Jonah Lomu.

Repito, somos menos de veinte en el equipo (no 40 ni 50 ¡contad!) y si no sumamos ni cooperamos todos al completo tendremos que conformarnos con quedarnos siempre igual rodeados de clubes que SÍ evolucionan. Seremos los últimos australopithecus de la liga ¿eso queréis? Sin un compromiso activo con el resto de compañeros es mejor quitarse del medio de una vez, de esa forma no creeremos que tenemos lo que no tenemos.

La derrota en Plasencia es responsabilidad nuestra al ciento por ciento… pero si la mayoría de los que jugaron el sábado no han completado más de un entrenamiento desde ANTES de Navidades ¡Cómo no iban a caerse los balones! ¡Cómo íbamos a romper sus líneas! ¡Cómo iban a salir las jugadas! ¡Cómo íbamos a estar sincronizados! ¡Cómo íbamos a demostrar lo que valemos! Éramos pura plastilina. Nunca hemos jugado peor.

Del encuentro mejor ni hablar: horroroso amago de fútbol australiano reconcentrado en una pista de fútbito. Embarullado, lleno de reyertas nacidas no sé cuando, de juego subterráneo, de recelos, de reclamaciones a voces, de estrépito exagerado. Ahí la responsabilidad sí que es compartida con el adversario. Sé que tras nuestra justa victoria 13-5 sobre ellos en Zafra, aunque el encuentro tampoco fuera bueno, se nos difamó con vileza en una emisora de radio placentina afirmando que les habíamos poco menos que robado, que habíamos usado “malas artes” y que habíamos mancillado este “bello deporte” ¿¿?? Yo no le di importancia achacando el ultraje a algún locutor futbolero despistado en esto del rugby (a palabras necias…) por ello escribí mi crónica casera (y sin pretensiones de más) valorando sólo lo positivo que el equipo del Jerte había hecho aquí y el estímulo que suponía para nosotros que nuevos clubes siguieran naciendo en Extremadura (hasta valoré como merecido su único ensayo cuando el balón se le había escurrido al chico antes de posarlo). Aún hoy, a pesar de haber sufrido este partido, prefiero pensar que aquella “descortesía” radiofónica no salió de ningún miembro del equipo de Plasencia para ir preparando el choque de vuelta y, mucho menos, que nuestra visita se hubiera recalentado más allá de lo que la sensatez circunscribe. Entiendo simplemente que ambos contendientes nos creímos que esta jornada era “vital”, que había que ganar como fuera y, a este nivel, ese exceso de celo nunca suele canalizarse hacia un buen juego sino que lo suele bloquear creando ansiedad, frustración y, en último extremo, caldo propicio para trifulcas, que es exactamente lo que pasó este sábado. Mucha juventud, muchas revoluciones, mucho roce/campo pequeño, pocos años de rugby y cierta laxitud o desánimo arbitral igual a cóctel explosivo. Es nuestra responsabilidad, la de los mayores, calmar los ánimos de los chavales, ser responsables y no perder la perspectiva de este pasatiempo; yo mismo admito haberme desesperado e indignado con lo que estaba viendo en el campo y siento no haber dado ejemplo; me quejé con vehemencia de sus acciones en lugar de apaciguar las riñas y por ello me disculpo públicamente.

Pese a todo, esto debe ser agua pasada ya y abogo por dejar atrás acritudes y malentendidos. Estamos aquí para sumar no para restar ¿el objetivo no es pasar un buen rato? ¿No es promocionar el rugby? Pues mostremos la mejor cara: Plasencia mejoró bastante y los felicito por eso y por la victoria. Si siguen mejorando y nos siguen ganando me alegraré por ellos, ello nos obligará a esforzarnos más o a quedarnos en la cola. Paz y amor para la próxima, jugaremos y nos divertiremos, esto no es una guerra, nadie muere ni debe sufrir.

Con respecto a la pista donde jugamos… Me consta que para su directiva es un problema y bastante tienen ellos con verse relegados allí como para que yo me queje encima. Lo siento, probablemente en un terreno normal, de haber jugado igual, el resultado hubiera sido idéntico. Que las dimensiones reducidas perjudican más al conjunto de menor peso… Sí. Que andábamos despistadísimos por la falta de líneas de referencia… Sííí, pero eso da igual a la postre, lo que sí me preocupa es que las bandas son peligrosas con aquellas barandillas tan pegadas. Por lo demás darles ánimo y desearles suerte para que pronto encuentren otro lugar donde jugar, comprendemos y nos solidarizamos con lo que están pasando.

Otro tema es la disparatada escalada de rivalidades en que estamos cayendo en la liga (ya empezó el año pasado) y no es espontánea sino propiciada por ciertos iluminados ¿Qué nos creemos? ¿El Super 14? Si nos devoramos los unos a los otros contribuiremos en exclusiva a debilitar el campeonato regional con la posible desaparición de algunos miembros (eso tiene el canibalismo). Sin ser un experto imagino que más clubes implican más competición, más estímulo, más jugadores, más personas en el entorno, más instituciones involucradas, más pujanza, mejor rugby… Los equipos grandes, que tampoco están libres de crisis, no deben olvidar esto y potenciar y valorar a los pequeños con cortesía y ecuanimidad, quizá incluso reforzarlos con cesiones (hasta el mísero fútbol lo hace).

Mención especial para Paco, que se esfuerza mucho en preparar los entrenamientos para que sean útiles y amenos (y no os aburráis).
Mención para Juan Carlos. Ánimo y gracias por volver.
Mención para Paquito “Lupín”, gracias por venir y suerte con tus exámenes (pide ayuda si la necesitas).
Mención para Fernando por su debut. Estamos muy contentos con él.
Mención para la media docena que entrenamos siempre, sin ese núcleo de fuerza y perseverancia los frívolos andarían a la deriva en otros lugares, en otros parques, en otras aficiones. No tenemos mecenas, no tenemos capital, no tenemos una ciudad poblada donde ganar adeptos… Sólo tenemos este núcleo, sin este núcleo no habría club. Ánimo.

sábado, 29 de enero de 2011

CRÓNICA DEL SEXTO PARTIDO DE LIGA CONTRA LOS GLADIADORES DE MÉRIDA.

Las principales, y muy sabias, casas de apuestas internacionales daban garantía de la victoria de Mérida contra Zafra. Yo mismo hubiera marcado “Dos” en la quiniela previa, de haberse dado el caso, incapaz de figurarme un partido como éste, tan alejado de lo previsible que todo apostante sobre seguro llegaría a pasar sin duda una mala tarde. No sólo hicimos frente a los Gladiadores (que quizá esperaban un sparring propicio) sino que estuvimos a su altura durante dos tercios del encuentro, contra pronóstico y en contra de la impresión que resalta del resultado final 6-27. Es innegable que por juego merecimos más o, cuando menos, una derrota más ajustada (el bonus defensivo hubiera sido justo), así lo corrobora la evidencia de que desde el principio su jugador más concluyente fuera Mr.Suerte (factor dañino y fatal si juega en tu contra) abultando el tanteo exageradamente de acuerdo a los méritos respectivos. Nada nos salió a derechas ese día… Bueno la tarde era perfecta para practicar deporte, aunque creo que hasta el sol brillaba a su favor cegándonos en el primer tiempo y esfumándose en la segunda mitad detrás de una neblina irónica.

No pretendo decir que el equipo emeritense no fuera superior en el cómputo global o que no mereciese ganar -desde luego lo felicitamos sin resquemor-, simplemente que además tuvieron mucha suerte. Tres de los cuatro ensayos sobrevinieron de un modo que nos dejó cara de primos y la sensación de estar gafados. De creer en el destino únicamente quedaría renegar del guionista macabro que por seguro se rió de lo lindo al escribir en el libreto del devenir lo que nos deparaba esta jornada. Afortunadamente creo en el libre albedrío y en el extraordinario don de cometer errores (ahí somos infalibles), gracias a lo cual nos considero responsables de nuestros actos: sin las pifias propias nunca hubiera habido lugar a la fortuna del contrario, a pesar del buen partido nuestros deslices propiciaron tres ocasiones, tres monedas al aire siempre con cara para Mérida y con cruce de cara para Zafra. Qué bien que, además del lamento, el albedrío nos de la posibilidad real de analizar lo ocurrido, corregir los traspiés y mejorar. A partir de aquí espero que la buena estrella, llámese “veteranía”, “estar bien plantados en el campo”, “tener acierto”… Empiece a iluminar también nuestras acciones.

Los Gladiadores nos hicieron el honor de presentarse con la plantilla al completo, un lujo. Es admirable cómo ha crecido este club en todas las categorías. Asimismo tuvieron a bien invitarnos a jugar, además del partido oficial, otro de juveniles, pero nos fue imposible. Para evitar suspicacias me gustaría aclarar algo que creí vox populi: por ahora nuestra plantilla al completo suma poco más de un solo equipo de rugby. La mayor parte son chicos juveniles cohesionados por cinco miembros senior/seniles… Y no hay más. Este extremo fue expuesto en la reunión de principio de temporada de la Federación Extremeña contando, allí, con el apoyo y el ánimo de todos los clubes para que siguiéramos compitiendo en la liga. Este sábado, a lo largo del choque oficial senior, alineamos por necesidad al cien por cien de los chicos disponibles con el consecuente sobreesfuerzo dada su juventud y el indefectible agotamiento final. No obstante agradecemos el gesto de Mérida, ojalá pronto estemos compitiendo en ambos campeonatos como ellos y, por supuesto, estamos abiertos a citas amistosas para los juveniles.

Sería el equipo visitante quien abriera el juego poniendo el oval en órbita y lanzándose al ataque ordenadamente. Las fases inaugurales se caracterizaron por la tibieza y cordura de los lances, firmeza sin agresividad, casi rugby de salón en su sentido más positivo, acciones serias y bien dirigidas. Hubo intercambio de melés correctas, de balones adelantados, de patadas precisas con recepciones solventes y mucha presión recíproca. El dominio territorial correspondía al rival dada su mayor corpulencia, si bien sin sobresaltos ni agobios locales. Mérida, tal vez, tanteaba nuestro coraje o el espesor de nuestra piel antes de hincarnos el diente, los Dragones, por nuestra parte, nos movíamos tranquilos y coordinados controlando la situación, conscientes de que ellos ya estaban padeciendo nuestra determinación por conseguir un buen resultado en casa.
No llevaríamos más de diez o quince minutos en aquel edén rugbilístico del “todo es posible” cuando la delantera emeritense gana, de repente, el salto de una Touch en su línea de diez. La acción se trasmite eléctrica a sus tres cuartos y a la par subimos nosotros, resueltos al placaje, pero ¡Ay! La ortodoxia nos traiciona: su primer centro, avispado, nos ve llegar a cuchillo y propina una patada suave como una bola de billar al lateral de nuestra retaguardia. Los de la línea al completo y un flanker nos replegamos en un santiamén hacia la herida que abre aquel balón sin lograr taponar el imprevisible bote ¡qué error! Es entonces cuando la ruleta rusa del melón nos da el primer tiro en la sien saltando directo a las manos, entre cuatro defensores cuatro, de su segundo centro que corre imparable -¡Pies para qué os quiero!- hasta la mismísima cocina local sonriendo maravillado de su potencia y de su potra.
Espoleados por el rubor urticante de semejante tanto Zafra se vino arriba desde el saque de centro. Chimpo, Chavo y Román prenden al receptor emerítense cual rapaces hambrientas aunque son ellos quienes conservan la posesión. Intentan un pick and go que Agustín deshace placando con contundencia, nuevo ruck ganado por ellos y patada a nuestro campo. Jose atrapa el oval perfectamente y, bastante presionado, le da un pase arriesgado a Tomy; éste devuelve la patada y sube exprimiendo la jugada. En la defensa los Gladiadores cometen un golpe de castigo que decidimos tratar de transformar. Está sobre la línea de veintidós y muy escorado a la izquierda, no es fácil. Tomy, tremendamente concentrado, ajusta la pelota al “dónut”, husmea la brisa, desanda a ralentí los pasitos al balón erguido -protocolo de pateador- y ¡Zas! Nos queda patidifusos a propios y extraños convirtiendo el golpe para devolvernos al partido.
A continuación intercambio de escaramuzas con dominio visitante y guerra de guerrillas local. Mérida llega a pisar nuestra zona de cinco metros sin que logre, a pesar de ello, consumar la incursión. Iba a ser a partir de un ruck disputado en el área de diez emeritense cuando una nueva descoordinación nos pondría en evidencia. Paco placa a Raúl, el agrupamiento espontáneo es liderado por nuestros tres cuartos de manera que cuando ellos ganan el oval la línea segedana está atrapada en el ruck. Tal vez su segundo centro intuyera ese espacio abierto o acaso sonó la flauta, es lo mismo, desde el lado cerrado propina un puntapié buenísimo disparando el cuero hacia su derecha para eludir el choque con el paquete de delanteros Dragones, incorporándose aún a la zona de acción, y echa a correr en diagonal hacia el vacío que hemos dejado los tres cuartos. Herrera y Chavo, con mucha desventaja, salen tras el contrario y aunque logran llegar a la par al “in-goal” el rebote del melón ¡Hagan juego señores! vuelve a quedar franco para que el atacante lo roce con claridad suficiente para lograr el segundo ensayo.
Nuevo toque a rebato segedano y nuevo asalto a las posiciones rivales obteniendo al poco otro golpe de castigo sobre la línea de veintidós, esta vez más centrado, que Tomy tiene a bien convertir en tres puntos más para seguir presionando.
El juego crece en intensidad, el empuje de Zafra llega a su máximo. Paquito “Lupín” roba una Touch de Mérida por detrás de la veintidós local lanzando el cuero a los nuestros, Agustín lo recoge del césped y lo transmite al primer centro que pasa a patearlo alto y largo, largo y alto, de veintidós a veintidós rival, para caer en las manos de Joze que, desde una posición correcta, ha subido para propagar el ataque. Corre con fuerza nuestro pequeño estilete de la banda hasta que es arrojado fuera del campo por el zaguero y el ala contrario.
Los Gladiadores dan la réplica a base de una serie de ofensivas cuyo éxito más relevante concluye en campo segedano con un par de melés a cinco metros e introducción para ellos, éstas y otras acometidas sucesivas son neutralizadas sin problemas. Vuelta al campo emeritense gracias a una patada del primer centro de Zafra que, tras subir los tres cuartos a presionar, fuerzan a Raúl, zaguero contrario, a lanzar a banda el oval sin lograr alejar el peligro. Tampoco aprovecharía Zafra esa oportunidad a pesar de ganar la Touch debido a cierta pasividad local en escudar a Pepe que cae una y otra vez impotente.

El primer periodo iba a terminar tras una sucesión de jugadas descortinadas en la zona media del rectángulo de juego, un quiero y no puedo de ambos contendientes que necesitaban el descanso.
En el receso nueva conjura del conjunto local para resistir. Teníamos que dosificarnos y a la vez evitar sus embates con anticipación, que darlo todo pero distribuido, gota a gota, durante los cuarenta minutos restantes.

Nada sobresaliente aconteció durante los compases iniciales de la segunda mitad, los Dragones entraron con gran determinación, sin embargo los Gladiadores iban imponiendo más y más el peso superior de sus delanteros que por entonces eran detenidos con mayor dificultad dado el cansancio de nuestros chicos. Para colmo, el amplísimo banquillo emeritense entró en juego y con cambios acertados imprimieron más ritmo al partido, por contra las fuerzas de Zafra flaqueaban sin más recursos que aquellos que aún perseverábamos en el campo. Otra vez tocaba derrota heroica.
Rondaría el minuto sesenta y Mérida, ya sí, dominaba el encuentro con cierta suficiencia, incluso había aumentado la diferencia en el marcador al transformar un golpe de castigo. Los Dragones, reducidos a defensores, empezamos a desordenarnos y a desconcentrarnos, hecho inhabitual puesto que tanto estamos acostumbrados a sufrir situaciones de ese tipo. Seguramente nos desquició el pertinaz cenizo del día: desde un ruck embarullado detrás de nuestra línea de cinco metros que habíamos ganado muy bien Brian, extenuado, saca el balón y le da una patada agónica y retuerta, el oval zigzaguea entre ellos y nosotros… "En el caos no hay error" ¡otra vez el azar! ¡Otra vez favorecería a un jugador rival! El número cuatro emeritense apostado a la derecha del agrupamiento se encuentra un regalo caído del cielo y se arroja al área de marca… ¡El no va más! Trío de ensayos para los Gladiadores.
Con nada que ganar nos serenamos y continuamos defendiéndonos al límite de la resistencia. Ellos procuraban ampliar su ventaja atacándonos por los flancos con dos alas de refresco mientras que nosotros hipotecábamos nuestras entrañas para evitarlo. La mejor jugada de Mérida esperó hasta estas alturas del encuentro para culminarse. Un ataque de tres cuartos en superioridad numérica que consuma con perfección su ala abierto (natural de Zafra, por cierto).

Enhorabuena a nuestros rivales por la victoria. Felicidades a los Dragones por el sacrificio. Partido encomiable de Pepe que estuvo muy presionado.

viernes, 14 de enero de 2011

CRÓNICA DEL QUINTO PARTIDO DE LIGA CONTRA VILLANUEVA R.C.

Primera salida de la temporada a un campo en el cual nunca antes habíamos sido derrotados y por ello, en rigor, cómo no empezar felicitando por su victoria a Villanueva, equipo hermano en dificultades y avatares de supervivencia.
Mañana desapacible en la Serena, frío decembrino, lluvia intermitente (a ráfagas copiosa) y piel de gallina nos aguardaban en el terreno de juego junto a unos rivales tremendamente concienciados de que esta vez no saldríamos airosos de su feudo.
Ellos eran más grandes (su melé cerca de dos veces la nuestra), más fuertes, casi infranqueables y, conscientes de ello, desde el minuto uno embistieron, acosaron y asaltaron nuestra delgada línea de defensa con una superioridad física durísima de resistir para nosotros.
-“Pobres chicos” -me dije sufriendo por los más jóvenes –“Nos van a machacar a ensayos”
Sin embargo, poco a poco iba pasando el partido entre los embates sucesivos y no sólo no nos doblegaban sino que, volcados al ataque, ellos abrían sus flancos y flaquezas proporcionándonos algunas opciones: recuerdo por ejemplo la salida vertiginosa de una melé, en nuestra mitad del campo, donde Paco pasa a Mohamed y con Joze suben sin oposición hasta que éste último, ya con el oval, es detenido en las inmediaciones de la línea de marca local… U otra ocasión en que después de una patada de golpe de castigo a nuestro favor su ala, tras la recepción del balón, es placado dentro de su propia zona de veintidós por Joze y Mohamed con el consecuente jaque en lo más vulnerable de la retaguardia de Villanueva que comprende que aún apisonados somos capaces de generar peligro serio en acciones puntuales.
En ese momento, transcurrida aproximadamente la totalidad de la primera parte con un empate sorprendente en el marcador, pensé que sin duda era ese el momento de decir adiós a las incertidumbres permanentes sobre el equipo. Por el especial carácter de nuestros jugadores y de nuestras circunstancias nunca se sabe si vamos a mejor o a la descomposición, si mejoramos o estamos en decadencia, si progresamos o morimos… Pero reparando aquella mañana destemplada en estos chavales batiéndose bajo el aguacero, plantados en el campo con el pundonor de profesionales, concentrados, generosos, supliendo con arrojo la menor fortaleza, con posicionamiento la falta de posesión de balón, negándose a ser avasallados, negándose a la extinción, queriendo vivir, dando lecciones de equipo, de que somos un equipo que sube, que mejora y que si unos se van otros mejores llegan y que si somos pequeños ya creceremos y que si somos pocos ya nos reproduciremos y que si nos falta técnica ya la adquiriremos ¡Adiós a los titubeos! Qué orgulloso me sentí de todos mis compañeros, del conjunto, de la unidad: nos hacemos de hierro, un equipo articulado y férreo como una caterva de hormigas en marabunta carnicera a la caza de gigantes…
Nos ganaban las melés, sí, nos hacían volar en los rucks, sí, nos desplazaban como muñecos en los moles, sí, y eso fue todo: dominio territorial sin ensayos gracias a la entrega de Zafra. Contra el poderío blanquiazul cedimos donde podíamos ceder y si nos arrastraban nos agrupábamos pero dejando desplegados al resto para contrarrestar esa superioridad temporal, siempre bien posicionados placábamos con contundencia unas veces, otras con suficiencia, otras en cadena, solidarios en el esfuerzo nos multiplicábamos sin pudor, al final éramos 30 contra 15, 30 contra sus moles interminables que no paraban de progresar, 30 contra sus melés a cinco repetidas una y otra vez, 30 contra sus rucks expeditivos… Sin embargo, al final del encuentro la victoria villanovense terminó dirimiéndose en tres golpes de castigo repartidos entre el primer y el segundo tiempo que fueron transformados por su pateador. Eso marcó la diferencia y es una lección a aprender sin rubor pero con atención porque la increíble lucha en desventaja no nos sirvió de nada ya que esos tres golpes cercanos a palos echaron por tierra nuestro derroche de esfuerzo. Hay que evitar esto, sobre todo aquellas infracciones frívolas como protestar al árbitro, tocar el balón con las manos en el ruck, etc.
Lo mejor del día y de la temporada fue el ensayo con que nos acercamos a la posibilidad real de repetir la proeza de ganar en Villanueva. A la salida de un agrupamiento Paco, mago o leprechaun, interpreta (pura magia) el caos mental de Mohamed que galopa hacia… ¿Dónde va ese loco? Y con un puntapié tipo Laudrup le pone el oval en las manos justo en la esquina de la zona de marca para que éste ensaye con el ímpetu de un poseído… Y qué hubiera pasado si el propio Mohamed, errático pero sobrehumano, no se hubiera resbalado diez minutos antes a dos metros del in-goal local tras interceptar el balón entre la cadena de pases rival… En fin: “Lo que podía haber sido es una abstracción que queda como perpetua posibilidad solamente en un mundo de especulación” Pedantería suministrada por T.S. Eliot.
Resultado final 9-5. Gran premio que nos anotaran sólo en tres golpes de castigo y haber materializado un ensayo brillante para los anales de la liga regional, el partido y el tanteo para ellos ¡Enhorabuena de nuevo! Todos tenemos un consuelo.

Reconocimientos:
Rodrigo perfecto, nadie tiene más mérito. Jesús muy bien. Tomy solvente, muy bien. Paco listo y equilibrado, muy bien. Joze muy muy bien como siempre, grandes placajes, rápido y concentrado. Paquito supremo en la Touches, supremo en los placajes… ¿Hubo dos o tres Lupines? Estaba en todos lados. Chimpo motivado, peleó con todos y a todos venció, el alma del equipo. Agustín perfecto. Román es Román cuando no bebe y esa mañana no había whisky de 12 años en su aliento. Antoñito bien, bien. Ismael muy completo. Ladi mejor y mejor si entrenase. Jose bien, seguro y concentrado.
Muy bien Peperrillo de aguas (adoptado por sus padres humanos y criado como un niño verdadero -un Mowgli a la inversa-). Sigue así y algún día serás melé completa en lugar de sólo medio melé.
Primer partido de Mohamed en que está a la altura de sus gigantescas posibilidades, placó como un titán, corrió como una exhalación y estuvo dentro del partido, anotó un ensayo antológico y pudo hacer otro que perdió por un resbalón, tuvo en sus manos la victoria.
A Herrera… lo echamos de menos.

miércoles, 5 de enero de 2011

REYES MAGOS

¿Quién en su sano juicio espera que mañana los Reyes nos dejen algo en la ciudad deportiva? ¿Es que habéis sido todo lo buenos que podéis llegar a ser? ¿Habéis entrenado bien? ¿Y estudiado? Sé, no obstante, que en vuestras frenéticas/febriles cartas a los Reyes Magos todos habéis incluido generosas peticiones para el club ya que estamos tan faltos de recursos: un par de jugadores samoanos, una terna de neocelandeses, algún argentino rocoso para dar una pincelada exótica a nuestro equipo... Y hay incluso algún descabellado iluso que, puestos a pedir, pide un cyborg para número 8.

La esperanza es lo último que se pierde, de eso sabemos un rato, y lo cierto es que no creo que ninguno de nosotros estemos en nuestro sano juicio ¿no estamos locos por el Rugby? Así que vamos a ver qué aparece mañana en nuestro campo…

Por supuesto que ni los Reyes Magos ni Papá Noel ni el propio Olentzero os consideran merecedores de regalos (adiós a los refuerzos extracomunitarios) sólo carbón y carroña para vuestros zapatos… Y eso sería el cómputo global un año más si no fuera porque algo digno subyacía en los deseos de vuestras cartas: queríais una forma de mejorar el equipo (aunque algo perezosa) y, llámalo Navidad, suerte o Alicia, un grandísimo club de rugby nos ha concedido un deseo: ¡Sí! ¡Un Melero! Es decir, la oportunidad de ser nosotros -¡Nosotros!- quienes, con tesón y esfuerzo, mejoremos el conjunto, el mismísimo instrumento que necesitábamos para sentar en el banquillo a todo hipotético recambio de ultramar (incluido mi organismo cibernético).

Agradecer al club de rugby de Ordizia el gesto de regalarnos el melero, esperamos ser dignos de su generosidad y utilizarlo para crecer y aprender. Si el rugby da lecciones ellos nos han dado una de aúpa, nuestra gratitud empieza hoy y se mantendrá siempre: ¡ésta es vuestra casa!